El sistema de zonas se basa en previsualizar la escena que vamos a fotografiar y trasladar los valores de luminancia, gracias al fotómetro, a valores de escala de grises en la copia final.
Estos valores de escala de grises se dividen en segmentos que van desde el 0 al X.
Estos valores nos indican el doble o la mitad de la exposición, siendo la zona 0 el negro, la zona V el gris medio (18%) y la X el blanco sin detalle.
OBTENIENDO LA ESCALA DE GRISES
Usaremos una superficie lisa y uniformemente iluminada y dispararemos una fotografía con la medición del fotómetro, obteniendo la zona V. A continuación dispararemos 4 fotografías más subexponiendo 1 paso completo de exposición sucesivamente. De esta manera obtendremos las zonas IV, III, II, I, para la zona 0 no expondremos el fotograma. Realizaremos 4 fotografías más, en este caso sobreexponiendo 1 paso completo de exposición sucesivamente, para obtener las zonas VI, VII, VIII, IX.
Revelaremos y positivaremos el negativo con tiempos normales, estándar, obteniendo 10 zonas que se corresponderán a los valores de luz de la realidad pero, separados por 1 diafragma de exposición.
Como vimos en la entrada de EL REVELADO, siempre tendremos en cuenta la temperatura, el tiempo, el revelador y la agitación para obtener unos resultados uniformes en nuestro método de trabajo. La única variabilidad con la que jugaremos será el tiempo, las demás serán siempre fijas. Las diferentes combinaciones de revelador y película, tienen unos tiempos de revelado normal (N) dando como resultado un contraste correcto. Esto nos dará unos negativos planos en situaciones de poco contraste y negativos contrastados en situaciones de alto contraste.
Gracias al sistema de zonas, podremos medir el contraste de una escena con nuestro fotómetro pudiendo determinar si es necesario aumentar (N+) o disminuir (N-) el tiempo de revelado para adecuarnos al contraste de la escena.
Esto se debe a que la exposición en nuestra película afectará a las sombras, mientras que el tiempo de revelado afectará a las luces. Esto es la tan conocida frase de ¨exponer para las sombras, revelar para las luces¨.
AJUSTANDO LA MEDICIÓN Y EL CONTRASTE
Comenzaremos identificando la zona III en nuestra escena a fotografiar (sombras con textura), mediremos con nuestro fotómetro y trasladaremos la medición (zona V en el fotómetro) para que caiga en la zona III.
Ejemplo:
- Medición en zona III *(1/125 f8 Iso100)
Como nuestro fotómetro interpreta esta zona como si fuese la V deberemos de subexponer 2 pasos para bajar de la zona V a la zona III, en este ejemplo, variando la velocidad de obturación quedando nuestra medición en:
- (1/500 f8 Iso100)
Ahora mediremos la zona VII en nuestra escena (blancos con textura) y si esta cae en la zona VII *(1/2000 f8 Iso100) se tratará de una escena de contraste normal (N) (1) donde no deberemos de realizar ninguna variación en nuestro tiempo de revelado ya que tendremos 4 diafragmas de diferencia entre la zona III y la VII. En cambio si hubiese una diferencia mayor (5,6... pasos de exposición) o menor (2,3... pasos de exposición) deberemos de alterar nuestro tiempo de revelado como veremos en la siguiente entrada.
* Estas dos mediciones se realizan apuntando a dichas zonas de nuestra escena a fotografiar y sin compensación.
CONCLUSIÓN
Como hemos visto hasta ahora la relación del sistema de zonas y las mediciones con fotómetro van de la mano. Este sistema también necesita de un entrenamiento visual para poder discernir las diferentes zonas. Tan solo conseguir diferenciar con precisión las zonas III y VII en nuestro encuadre requiere de una gran agudeza.
(1) Se considera una escena de contraste normal (N) aquella en la que la diferencia entre la zona III y la zona VII sea de 4 diafragmas de exposición de diferencia.
Aquellas escenas en las que la diferencia de exposición entre dichas zonas sea mayor o menor de 4 diafragmas, se considerarán de alto contraste (N-) o bajo contraste (N+) respetivamente.